lunes, 5 de octubre de 2009

Un relato raro

Asuntos mundanos me atormentan en las noches, así que con la pijama puesta deambulo descalzo por mi sala tratando de despejar mi mente. La oscuridad del lugar se presta para distraerme, las oscuras siluetas de los muebles provocan en mi la sensación de estar en otra parte, un lugar muy lejos de mi hogar.

Pienso en soluciones desnudando toda posibilidad de fallo... ninguna me convence. Mi mente se agota con más rapidez que en otras ocasiones, el sueño se apodera de mi, asi que arratrando los pies regreso a mi cama, cierro los ojos y de repente la luz del alba me despierta...

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¿Fué realmente un sueño?

Trato de recordar lo que hice antes de dormir, pero no tengo demasiado éxito. Me levanto, y me dirijo a la cocina por algo de cereal. Leche fría y con el diario en mano me como mi desayuno.

Mi madre baja y me reprende diciendo "No andes descalzo, ¿ya viste como tienes los pies de sucios?"

Observo detenidamente por debajo de la mesa... mis pies están tan mugrosos, que pareciera que caminé lo suficiente para acumular varias capas de suciedad.

No creo que entre mi habitación situada en el segundo piso y la cocina exista tanta distancia para que me ensuciara así, y menos con lo inmaculado que es el piso de la sala.

Y con el sonido del refrigerador a mis espaldas, la idea del sueño de deambular en la sala aparece en mi mente... ¡Lo que me faltaba! ser sonámbulo.

Aún no tengo evidencias de ello, pero ésta noche dormiré atado a mi cama.

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