miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mi sillón favorito se volvió incómodo

En una de las paradojas más grandes en las que se sostiene el mundo tal como lo conocemos, mi sillón favorito se volvió incomodo.

Es horrendo que ha sabiendas de que el asiento se hunde, el tapizado está rasgado y que cuando perteneces sentado en el te lástimas... sigue siendo el sillón favorito. ¿Será que he empezado a envejecer sin darme cuenta? ¿Porqué no tirar el puto sillón y adquirir otro mejor? Presiento que soy como los granjeros de antaño que vieron de mal modo las nuevas tecnologías que hicieron del arado y el pastoreo más fáciles. ¿Desde cuándo me he aferrado con algo de ésta manera?

Ni yo mismo puedo explicarme... quizás el wey que está encerrado dentro de mi esta pidiendo S.O.S. a través de mi comportamiento. Así que dedicaré mis horas de sueño para meditar que rayos pasa.

Hoy tengo frío y se antoja que alguien te abraze o de perdida te ofrezca un chocolate caliente (y con su pan de dulce, por default)

Y estoy muy preocupado, mi familia se desmorona como un castillo de arena embestido por el oleaje del anochecer... creo que es tiempo de abandonar éste barco que náufraga. No me culpen, las ratas cuyo nivel de instinto es más grande lo hacen.

No hay comentarios.: